Lo llamo control vivencial porque lo viví, o bien está basado en la experiencia personal, aprendizaje in situ, como dirían algunos autores, que en este caso, omitiré sus nombres. Por obviedad, la palabra vivencial refiere a la vida, es menester aclarar que el presente texto refiere a una clase de práctica en la Benemérita Escuela Normal Veracruzana "Enrique C. Rébsamen", donde los compañeros de mi clase hacen observaciones que ellos creen pertinentes durante el transcurso de mi clase. Contextualizando, en la normal ya mencionada hay maestros que nos dan un especio breve para preparar una "miniclase", en la cual los alumnos son nuestros compañeros normalistas. Se nos asigna tema y fecha. Ignoro si se hace lo mismo en todas las escuelas normales del país, pero reconozco que es una oportunidad de aprendizaje durante la formación inicial, donde se aprende en colegiado, toda vez que los compañeros tienen miradas distintas sobre un mismo proceso, lo cual enriquece las competencias didácticas. El día de 8 de abril llevé a cabo la clase de mi tema "mezclas" ubicada en la asignatura de Ciencias III con énfasis en Química. Para la finalidad que persigue este texto no me detendré a mostrar aspectos de la clase, sino me enfocare hacia las observaciones acerca del control de grupo. para tal efecto creo pertinente aclarar lo que considero es el control de grupo, así pues, éste refiere a la dinámica generada por el maestro a través del interés de lo que propone como aprendizaje. Dentro de las suerencias de mis compañeros estuvieron: no hablar tan fuerte, porque sugieren que ello hace parecer que estoy enojado, y que no sea tan regañón, pero me pregunto, cómo no serlo si están jugando, platicando y no prestan atención, en todo caso no es un regaño, sino una llamada de atención, algo así como "a ver usted Carmen guarde silencio por favor que está hablando su compañero", es un mecanismo común para atraer su atención y sobre respeto hacia la persona que tiene la palabra, incluso una estrategia bastante común, es plantear una pregunta sobre el tema a la persona que esté distraída. Además, es mi manera de hablar, es mi tono de voz, no es justificación, sino una contextualización, porque aquí, cabría apuntar que nuestra personalidad impacta en el concepto de que los alumnos se forman de nosotros. Por otro lado se me sugería no hablarles de usted a los alumnos, porque crea una distancia grande entre ellos y yo, es decir, maestro-alumno, pero mi justificación es precisamente la contraria, que consiste en mostrar al alumno que no sólo él debe respeto a su maestro sino éste también se lo debe al alumno. Por supuesto, ello no significa que si le hablo de "tú" estoy faltando al respeto, en mi opinión, es cuestión de estilos y formas. Finalmente, el control de grupo se da en la medida que la secuencia didáctica propuesta a los alumnos responda a su contexto y genere un aprendizaje de una forma creativa.
Fuente: http://enlacenormalista.blogspot.com/2008/04/el-control-vivencial.html |